Mastodon Clave Menor: La soledad es una epidemia

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miércoles, 28 de febrero de 2018

La soledad es una epidemia

Hace pocas fechas, el Reino Unido volvía a hacer Historia  al crear una Secretaría de Estado destinada a combatir la soledad. El país tomaba una llamativa medida para combatir un problema de salud mental que afecta al 56 por ciento de la población. Más de la mitad de los británicos dicen que se sienten solos.
Buena parte de la población padece soledad.
La soledad se percibe socialmente como un problema exclusivo de las personas mayores, pero esta no es la realidad. Muchos ciudadanos experimentan acontecimientos a lo largo de su vida que pueden interrumpir sus conexiones sociales, como por ejemplo, la maternidad joven, el desempleo, la aparición de problemas de movilidad o dependencia, la jubilación, el hecho de que los hijos abandonen el hogar, el duelo por un ser querido, el divorcio, la emigración o el entrar en situación de pobreza.

Según los datos sobre vulnerabilidad social de Cruz Roja, más del 26 por ciento de las personas atendidas por la organización vive sola y cerca del 51 por ciento tiene 80 años o más. Hay distintos factores que provocan situaciones de soledad, la violencia de género es uno de ellos. También la edad aumenta la posibilidad de vivir en soledad. En los últimos años, se ha observado un incremento de los hogares unipersonales en ciudadanos de más de 65 años, aunque las proporciones son todavía más bajas que en otros países europeos. En España, la proporción de mujeres mayores que vive en soledad supera a la de hombres, 29  por ciento de mujeres, frente a 14 por ciento de hombres.

Hay autores que niegan, con datos en la mano, la existencia de una auténtica epidemia de soledad, pero sí admiten que millones de personas sufren por la falta de conexión social. También las estadísticas parecen demostrar que las personas que están o se sienten solas pueden tener más bajo el sistema inmunológico, lo que producirá el desarrollo de enfermedades físicas.

En este sentido, estudios recientes han demostrado que las personas solitarias producen una mayor cantidad de proteínas vinculadas a la inflamación, que desempeñan un papel significativo en la aparición de enfermedades como la diabetes, la artritis y el Alzheimer.

Como conclusión señalar que aunque vivamos solos por las diferentes circunstancias de la vida, es importante recordar que  relacionarnos y compartir momentos con otras personas, mejora nuestro estado de ánimo, nuestro bienestar personal y ayuda nuestro crecimiento personal.

Da igual que seamos personas autónomas e independientes. Las relaciones sociales saludables ayudan a mantener un buen equilibrio emocional. Por lo que parece conveniente tratar de huir de la soledad.

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